Por Bruno Cortés
El coordinador de MORENA en la Cámara de Diputados. impulsa ley para cancelar suscripciones con la misma facilidad con la que se contratan.
Ricardo Monreal Ávila, figura central en el panorama político mexicano, ha subido a la tribuna del Congreso de la Unión con una propuesta que resuena con la experiencia cotidiana de millones de ciudadanos: una iniciativa para proteger a los consumidores de los abusos de las empresas de servicios digitales y plataformas de suscripción.
En un momento donde la tecnología domina nuestras vidas, el diputado Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política y líder del grupo parlamentario de Morena, ha puesto el foco en una problemática que afecta a más de 67 millones de mexicanos. La dificultad para cancelar servicios de entretenimiento, música, videojuegos o telefonía se ha convertido en un calvario recurrente, a menudo resultando en cargos indebidos y penalizaciones. Su propuesta busca equiparar la facilidad de contratación con la de cancelación, inspirándose en modelos exitosos de Estados Unidos y Europa.
Hemos conversado con él para profundizar en los detalles de esta iniciativa, sus implicaciones y los desafíos que enfrenta.
P: ¿Qué le motivó a presentar esta iniciativa sobre los servicios digitales? R: Es algo que todos hemos vivido. La facilidad para contratar es impresionante: basta un clic. Pero el calvario empieza cuando quieres cancelar. Te piden que vayas en persona, no aceptan cartas, te citan una y otra vez. Te siguen cobrando en la tarjeta por un servicio que ya no quieres. Es una realidad que afecta a millones de mexicanos. De hecho, me pasó a mí.
P: ¿Se refiere a su caso personal? R: Sí. Me pasó con un servicio de entretenimiento. Quería cancelarlo, pero me fue imposible. Me siguieron cobrando en la tarjeta de crédito. Tuve que cancelar la tarjeta para que no siguieran haciéndolo, y me mandaron al buró de crédito. Es una situación que nos humaniza a todos, a mí, como legislador, y al ciudadano común.
P: Y a raíz de esa experiencia, usted propone una solución. ¿Qué cambiaría exactamente su iniciativa? R: Buscamos que las empresas no puedan seguir cobrando servicios automáticamente sin el consentimiento expreso del consumidor. Queremos que, si contratas con un clic, puedas cancelar con un clic. Que no haya penalizaciones, que no te obliguen a ir a un lugar físico. Que se les impongan sanciones económicas a las empresas que abusen.
P: ¿Qué le hace pensar que esta iniciativa tendrá éxito, considerando que esta industria maneja una cantidad enorme de dinero? R: Se erogaron casi dos billones de pesos este año en estas plataformas. Sabemos que los intereses de estas empresas son muy poderosos, pero no podemos mantenernos indiferentes. Nuestra obligación es proteger a la gente, a los 67 millones de mexicanos que están en riesgo de ser penalizados. Por eso pido que la iniciativa sea de «obvia y urgente resolución».
P: La urgencia es clara. ¿Ha visto ejemplos similares de protección al consumidor en otros países? R: Sí, claro. En Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio tiene una aplicación llamada «Click to Cancel». En Europa existen mecanismos que permiten cancelar sin penalización. Hay que aprender de lo que funciona en otros lugares. No estamos inventando el hilo negro, solo queremos que se aplique aquí.
P: Menciona la importancia de proteger a los consumidores. ¿Podría esta iniciativa ser solo el inicio? R: Así es. Ya lo adelanté en tribuna: tenemos que hacer algo similar con las tarjetas de crédito. Esas que te llegan sin que las pidas y te cobran sin que lo hayas solicitado. Y también, como lo planteó un compañero diputado, necesitamos actuar en el tema de los servicios médicos.
P: ¿Cuál es la problemática con los servicios médicos, en particular? R: Un colega está pasando por una situación difícil. Una persona cercana pagará una fortuna por unos días de terapia intensiva. Supe que la urgencia de la atención le impide conocer el costo. Ni con tres años de su sueldo como diputado le alcanzaría para pagar una cuenta de ocho días. No podemos ser apáticos ante el sufrimiento de la gente.
P: Ante estos desafíos, ¿cómo asegura que el trabajo legislativo se mantenga conectado con la realidad de la gente? R: Es fundamental estar en contacto directo con la población, escuchar sus problemas y vivir de cerca sus realidades. Hay una frase que me gusta: «El gobierno debe ser el vehículo del sentir de la gente». No podemos encerrarnos en las oficinas, tenemos que sentir el pulso de la calle.
P: Con 30 años en el servicio público, ¿qué lecciones ha aprendido sobre la política y la empatía? R: La principal lección es que no hay victoria sin empatía. El poder se ejerce para servir, no para ser servido. Y la humildad es la clave. Lo viví con mi experiencia con el buró de crédito. Si me sucedió a mí, le puede pasar a cualquiera, y eso me motiva a actuar.
P: Para cerrar, ¿qué mensaje le gustaría dejarle a los ciudadanos que se sienten desprotegidos ante los grandes corporativos? R: Les diría que no están solos. La ley está para protegerlos, y los legisladores estamos para defenderlos. No nos mantendremos indiferentes. Aunque los intereses sean poderosos, la voz de la gente es más fuerte. Y nosotros somos esa voz.
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